En enero de 2020, el Ministro de Relaciones Exteriores de Venezuela, Jorge Areasa, se reunió con su homólogo chino, Wang Yi, en Beijing. Durante su discurso, a diferencia de la Unión Soviética en la Guerra Fría, China evitó criticar directamente la democracia occidental. Sin embargo, Beijing afirma que su propio sistema ofrece lecciones valiosas para las sociedades en desarrollo, presentándose como una alternativa al modelo occidental.
A través de su Iniciativa de Civilización Global, China busca desafiar los valores occidentales de democracia y ofrecer alternativas. Más allá de su retórica, la creciente influencia comercial y tecnológica de China está transformando el debate global sobre democracia y desarrollo.
China afecta la democracia en el Sur Global, incluida América Latina, de manera intencional y no intencional, directa e indirecta, a través de cuatro canales principales:
1. Cambio de discurso: La influencia de China en las sociedades democráticas en su búsqueda de beneficios comerciales.
2. Programas de formación: Beijing patrocina programas con narrativas autoritarias.
3. modelo chino: La percepción de las arquitecturas tecnológicas chinas.
4. Apoyo a las sociedades autoritarias: China actúa como una incubadora de regímenes autoritarios.
En América Latina, el interés por hacer negocios con China ha llevado a la autocensura para no ofender a Beijing. Los temas delicados incluyen referencias a la independencia de Taiwán, críticas a la represión en el Tíbet y Xinjiang, y el comportamiento agresivo de China en los mares del Sur y del Este de China.
China también ha utilizado sanciones y restricciones comerciales para castigar a quienes critican sus políticas, como sanciones contra Australia por pedir una investigación sobre los orígenes del COVID-19 o suspender las compras de productos agrícolas de Guatemala por su reconocimiento de Taiwán.
Beijing organiza programas de capacitación para profesionales, periodistas, soldados, jueces y policías latinoamericanos que incluyen narrativas autoritarias. Estos programas han crecido significativamente en las últimas décadas, influyendo en las perspectivas de los participantes sobre el papel del periodismo y la toma de decisiones legales.
China, con su ejemplo de crecimiento económico y eficiencia, influye en los debates sobre modelos políticos y económicos. La percepción de China como un país exitoso influye en las decisiones sobre el papel del gobierno y la iniciativa individual en el desarrollo económico.
Las relaciones de China con gobiernos autoritarios de América Latina, sin las condiciones políticas impuestas por Occidente, están influyendo en la dinámica política de la región. China proporciona recursos y tecnología que fortalecen a estos gobiernos, como en Venezuela, Nicaragua y Cuba.
Si bien no hay evidencia de que China esté promoviendo deliberadamente gobiernos autoritarios, su influencia comercial, política y tecnológica plantea riesgos para las democracias latinoamericanas. Los gobiernos de la región deben garantizar que estas interacciones se lleven a cabo con transparencia y estabilidad institucional.
Estados Unidos y otros países tienen interés en apoyar la democracia en América Latina ofreciendo alternativas de inversión y capacitación. Sin embargo, la región y sus líderes deben proteger sus instituciones democráticas y la libertad de expresión.